sábado, 5 de mayo de 2018

El encierro de la ciudad


La ciudad ya no es entendida como una sola unidad sino más bien, como un conjunto de unidades que conviven entre sí separados por barreras, rejas, cámaras, muros, sistemas de seguridad y vigilancia... Estos elementos hacen de divisores, convirtiéndose en herramientas para asegurar el funcionamiento de cada unidad, delimitando claramente una relación de adentro-afuera, inclusión-exclusión...

Poco a poco se van perdiendo los espacios públicos de las ciudades. Cabe destacar que la mayoría de los procesos de segregación conllevan a la privatización de ciertos espacios públicos de la ciudad como las aceras, plazas, espacios verdes, calzadas, parques, etc. Generalmente la privatización de los espacios públicos genera la pérdida de significación social de los espacios que antes eran públicos. El encierro no hace más que endurecer el aislamiento de espacios urbanos y difunde una atmósfera de exclusividad.

Las autoridades competentes de estas ciudades deberían reconocer que muchas políticas públicas se están convirtiendo en mecanismos de segregación tanto residencial como socio-espacial, cerrando caminos peatonales, parques, espacios de juego y zonas verdes... A fin de cuentas, ¿de quién es la ciudad? ¿Dónde está el derecho a ella? ¿A quién pertenecen los espacios públicos?

Es un buen momento para cuestionar la situación de las ciudades frente a estos nuevos rumbos y reflexionar sobre la importancia de implementar políticas integradoras que aseguren la desfragmentación de estas ciudades.

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